Por si tienen poco tiempo, también transcribo el microrrelato.
Mentira
o atrevimiento
¡Despídete del mundo,
bruja! susurró malignamente su marido cerrando la puerta y yéndose
definitivamente. Oprimida por la soledad y con los ojos enrojecidos pero vacíos
de lágrimas, se obligó a cenar algo. Luego tomó un somnífero, apagó la luz y se
recostó en la almohada.
¿Fue una amenaza o una
de sus habituales bromas macabras? Quince años juntos y seguía sin saber si
hablaba en serio o no. Como el sueño no llegaba, se entretuvo analizando su
tono de voz. A ella le resultó intimidante, pero quizá fuera irónico.
Repentinamente, un dolor lacerante en el estómago la hizo gritar. ¡Me envenenó!
pensó ¡el muy cabrón! De golpe recordó haberlo visto fugazmente manipulando su
pastillero cuando fue a por su maleta.
Quiso incorporarse,
pero las piernas no le respondieron. Intentó llevarse los dedos a la garganta
para vomitar, pero estaba paralizada. El pecho le ardía atrozmente y la cabeza
parecía que iba a estallarle. Perdiendo el control de su cuerpo, se orinó. Presa
del pánico notó como se le cerraban los pulmones. Se ahogó lenta, dolorosa e
inexorablemente.
El asesino entró horas
más tarde y comprobó que ya era libre: la amenaza y el alucinógeno habían
coronado un crímen perfecto.
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